Comunicar malas noticias, reto pendiente del médico

La dificultad del médico para transmitir malas noticias perjudica al paciente, que se puede sentir solo en ese trance doloroso. Una buena conversación puede ser el mejor antídoto para luchar contra la enfermedad.
G.S.S. 18/03/2009
Un médico que comunica a un paciente que se acaba de recuperar de una operación que le ha encontrado un cáncer y enseguida le dice que le excuse pero que tiene otra intervención no es un hecho aislado. Muchos pacientes se muestran descontentos con la manera en que los médicos les relatan las malas noticias. A menudo, estas conversaciones les dejan hundidos moralmente por lo que han oído y por la insensibilidad mostrada por los profesionales.

Según informa Bioethics, en cierto modo esta actitud se podría justificar por la alta exigencia del trabajo en los hospitales, que les hace a veces ignorar las emociones de los enfermos. «Los médicos han sido formados para curar. Sin embargo, los pacientes son algo más que su condición médica; existe una persona que necesita ser tratada de forma adecuada también», ha señalado Robert Buckman, oncólogo y autor del libro Cómo revelar las malas noticias.

Procesar la información
La empatía no sólo hace que los pacientes se sientan en buenas manos; también les ayuda a procesar la información. Por lo tanto, necesitan que los facultativos sean comprensivos. «Quieren que sus médicos se preocupen por ellos. Este sentimiento por parte de un médico puede cimentar la confianza necesaria para una buena atención sanitaria», ha señalado Anthony Back, profesor de la división de Oncología de la Universidad de Washington.

Hasta ahora las habilidades comunicativas no han sido una cuestión demasiado importante en la formación, y a muchos facultativos no se les enseña adecuadamente a transmitir este tipo de información, aunque se trate de una parte muy importante de su trabajo. Sin embargo, algunos profesionales no lo hacen simplemente porque no se sienten cómodos. Pueden tratar de suavizar el golpe siendo menos directos, intentando evitar una conversación larga o incluso ofreciendo un diagnóstico irreal por optimista. En un reciente estudio, sólo el 16 por ciento de los médicos que hablaba con sus pacientes usaba la palabra cáncer en sus conversaciones.

«Algunas veces los médicos ignoran cualquier emoción que sus pacientes pueden expresar en respuesta a estas malas noticias. Cuando las emociones de los pacientes emergen, los médicos no saben qué hacer. Aunque la mayoría ofrecería un pañuelo a un paciente que llora, muchos se encuentran demasiado incómodos en una situación así para admitir abiertamente esta angustia», según Buchman. Este comportamiento es un error y los especialistas en la comunicación médico-paciente recalcan la importancia de admitir la respuesta emocional del paciente: «Hazlo y nunca lo olvidarán. No lo hagas y nunca te perdonarán».

Por lo tanto, es importante que los profesionales reconozcan que aprender a comunicar malas noticias de forma adecuada redunda en el bienestar físico y mental del enfermo. Existen ejemplos de pacientes que han mejorado su condición por una buena conversación, que les ha hecho tomar una posición más activa en defensa de su salud.

http://www.diariomedico.com/edicion/diario_medico/normativa/es/desarrollo/1201003.html


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