Pablo Simón, del Comité de Bioética de España, tiene claro que hay que facilitar que los médicos digan a los pacientes qué es un testamento vital y sus ventajas. «Ha habido un déficit de información y formación por parte de las comunidades hacia el personal sanitario».
Cifras significativas
Simón ha dado por buenas las cifras de una reciente encuesta de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, según la cual sólo el 21 por ciento de los médicos plantea a sus pacientes la posibilidad de hacer un testamento vital, y un 76,3 por ciento admite que no sabe cómo realizarlo.
José Miguel Polo, neurólogo y presidente del Comité Asistencial de Ética del Hospital Marqués de Valdecilla, ha manifestado que no conviene culpabilizar a las administraciones sanitarias por no haber formado bien a los médicos. «Buscar culpables no siempre es fácil, incluso reconociendo que en especializada el porcentaje de conocimiento del testamento vital, a pesar de trabajar en un ámbito muy protocolizado con los consentimientos informados, es menor que en la medicina de familia y comunitaria». El facultativo no puede recomendar al paciente algo que desconoce, según Polo.
El responsable del Registro de Voluntades Previas de Cantabria, José Francisco Díaz, ha subrayado que Sanidad ha llevado a cabo este año una campaña de información del registro en todas las gerencias del Servicio Cántabro de Salud, al ser consciente de que «ha existido una falta de información muy grande entre los profesionales».