Lucetta Scaraffia combate ‘la estrategia del caso piadoso’

Lucetta Scaraffia.jpg

En un artículo a raíz de los casos de bebés medicamento, la experta en bioética rechaza la investigación con embriones, un ejemplo de «la estrategia del caso piadoso, pensado sistemáticamente para hacer pasar prácticas de eugenesia».

ANÁLISIS DIGITAL, L’OSSERVATORE ROMANO.- El artículo de L’Osservatore Romano, firmado por la historiadora católica y experta en bioética Lucetta Scaraffia, colaboradora habitual del diario, combate  la selección de embriones, y es contundente: considera que es un ejemplo de «la estrategia del caso piadoso, pensado sistemáticamente para hacer pasar prácticas de eugenesia, en un intento de alejar las negras sombras que ha dejado sobre ellas el nazismo».

En su artículo relata cómo Javier nació con casi tres quilos y medio en España -que en estos años se encuentra a la vanguardia de todas los debates sobre bioética- y es el primer niño seleccionado para poder curar a su hermano, aquejado de una rara enfermedad hereditaria denominada beta-talasemia major, en definitiva, una anemia congénita severa.

Según los médicos, la sangre de su cordón umbilical servirá para realizar un transplante de médula ósea para que su hermano pueda comenzar a producir glóbulos rojos sanos. «Las posibilidades de que se salve tras el transplante son muy elevadas», dicen los mismos médicos.

Javier ha sido seleccionado con la esperanza de poder dar a su hermano Andrés la posibilidad de continuar viviendo, según ha dicho el servicio sanitario español en una nota. Cometiendo un error o, por lo menos, una exageración: la enfermedad que padece Andrés no es mortal, sino que tiene como consecuencia una vida muy difícil porque debería cambiar su sangre mediante una transfusión cada quince o treinta días. Pero, ya que se trata de la vida, el caso asume un aspecto más dramático y se convierte en algo muy difícil de criticar puesto que la selección eugenésica ha permitido el nacimiento de un hermano sano, que no padece la misma enfermedad que Andrés.

Javier, ha nacido a partir de un diagnóstico genético pre-implantacional, una técnica que consiste en comprobar si un embrión es sanos desde el punto de vista genético, antes de que se introduzca en el útero materno. Para este tipo de diagnósticos -que en Italia están prohibidos- el embrión obtenido a partir de la fecundación in vitro ha sido examinado con el fin de que no padezca ninguna enfermedad. El método ha permitido concebir un bebé sano y, también, un donante idóneo para poder curar a su hermano mediante un transplante de médula, pues comparten idénticos perfiles de compatibilidad. El proceso, del diagnóstico pre-implantacional al transplante -primero en España- se ha desarrollado entero en la sanidad pública.

Eugenesia

El término exacto para definir la selección que ha llevado al nacimiento de Javier es eugenesia, como siempre que se selecciona quién debe nacer según unas características determinadas. En este caso, puesto que la selección no se ha hecho sobre el niño que debía nacer ni como respuesta a un particular deseo de los padres sino para salvar a un hermano ya nacido, muchos lo consideran éticamente aceptable, como si fuera una buena obra, un acto de altruismo para salvar una vida.

No está claro todavía quién es el autor de este acto de bondad: no lo es el niño que ha nacido, que no ha pedido nacer ni ser seleccionado, tampoco los embriones que han sido descartados porque no servían para curar al hermano. Ninguno de ellos al momento de ser seleccionados estaba dotado de autonomía moral.
Obviamente, tampoco los padres son los autores de la buena acción, que han sacrificado otros posibles hijos para curar uno ya vivo. No se puede considerar un acto de bondad una elección que pagan los no seleccionados. Mucho menos los médicos, que no hacen sino aplicar una técnica para responder a la petición de los padres y a los deseos de un niño ya nacido. No se trata de una acción altruista, sino, ni más ni menos, un acto de eugenesia y, por tanto, condenable, particularmente grave porque un niño es considerado un medio – Javier ha nacido para curar a su hermano- y no un fin, como debe ser considerado cada ser humano.

Esta selección eugenésica, en la que se escoge al hijo que va a nacer para salvar a un hermano, podría esconder la intención de hacer aceptar la selección de embriones para objetivos menos nobles que la salud de un hijo, hasta llegar a elegir el sexo, cualidades físicas o intelectuales. Este nuevo episodio forma parte de la estrategia del caso piadoso, pensado sistemáticamente para hacer pasar prácticas de eugenesia, como cuando se entrevistan a padres afectados por una anemia, subrayando su calvario para traer al mundo a un niño sano.

Son todo tentaciones para alejar de la práctica eugenésica las negras sombras que ha dejado sobre ella el nazismo; se trata de operaciones que querrían anular el significado de un acto en sí egoísta -independientemente de quién lo lleve a cabo el Estado o un individuo- pues implica la exclusión de la vida a otros seres humanos. Es un modo de confundir sobre las verdaderas intenciones de este tipo de episodios, que crean confusión sobre las reales intenciones de estas decisiones y transmiten a la opinión pública la idea de que la selección eugenésica es una práctica buena y aceptable, provocando la conmoción por la curación de seres humanos inconscientes e inocentes.

http://www.hazteoir.org/node/14960

 


Publicado

en

por

Etiquetas: