Antoine de Saint-Exupéry

Antoine de Saint-ExupéryParece extraño que la primera intervención en este blog de bioética gire en torno a un escritor, Antoine de Saint-Exupéry. Bueno de lo que conozco sobre su biografía parece que el se sentía en primer lugar persona, luego aviador, luego periodista y en última instancia escritor.

Su nombre ha salido en las discusiones del máster del que  nace este blog.

Su obra más conocida es, sin duda, El principito y quizá ha eclipsado otras del propio autor. Hoy aquí, quisiera mencionar la recomendada por nuestro profesor Andrés García Costoya, «Tierra de los hombres», del que de momento solo he podido recabar algunos textos por internet, (dado que mi francés no está a la altura de la calidad narrativa que intuyo desde las primeras palabras del original en francés ).

Hay en esta intervención una razón de actualidad. Desaparecido en una misión de reconocimiento próximo a Marsella durante la II Guerra Mundial permanecían en el misterio la razones de su desaparición. Hace unos años se habían encontrado restos que le vinculaban, pero fue ayer cuando un viejo piloto alemán confesó haber sido el quien había abatido, al avión del escritor al que en su juventud, por las lecturas de sus libros, adoraba.

(La noticia vista por ABC, El Mundo, El País.)

Traigo aquí, en su homenaje, un párrafo que encuentro en otro blog, junto con algunos más, vinculada a la terrible circusntancia que demuestra la noticia.

«En un mundo que se ha convertido en desierto, tenemos sed de encontrar compañeros; el gusto del pan partido entre compañeros nos ha hecho aceptar los valores de la guerra. Pero no tenemos necesidad de la guerra para encontrar el calor de los hombres vecinos en una marcha hacia el mismo fin. La guerra nos engaña, el odio no agrega nada a la exaltación de la marcha.»

Saludos.


Publicado

en

por

Etiquetas: