“Esperaba más de un gobierno encabezado por una mujer”

Los intelectuales y el país de hoy

Lo dice Florencia Luna, experta en bioética

Miércoles 21 de mayo de 2008 | Publicado en la Edición impresa http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/cultura/nota.asp?nota_id=1014239

“En la Argentina, la mortalidad derivada de complicaciones en el embarazo, el parto y los abortos inseguros es cuatro veces mayor que en Chile, y no tiende a bajar. Las políticas hacia las mujeres, sobre todo hacia las más pobres, están paralizadas, lo que implica una clara postergación. Por lo mostrado hasta aquí, puedo decir que esperaba más del gobierno de una mujer”, dice Florencia Luna.

Nacida en Suiza, hija del historiador Félix Luna, esta doctora en Filosofía, de 47 años, con un máster en la Universidad de Columbia y varios galardones internacionales, es especialista en bioética, es decir, en los temas morales que transitan por la delicada frontera entre la vida y la muerte.

Entre esos temas están la clonación, la reproducción asistida y el consentimiento de los pacientes que aceptan participar en investigaciones científicas. Luna es investigadora del Conicet, docente en la UBA y coordinadora del área de bioética de Flacso. Hasta 2005 dirigió la Asociación Internacional de Bioética. Además, ganó la beca Guggenheim y el premio de la Fundación Konex en Etica en 2006.

«Nuestro país se había comprometido con las Naciones Unidas a reducir la mortalidad materna, pero no está cumpliendo. Y la situación es más abrumadora aún en provincias pobres, como Jujuy, donde la mortalidad materna triplica la media nacional y donde muchas mujeres siguen muriendo, en pleno siglo XXI, por causas totalmente evitables. Mueren porque son pobres y no llegan a tiempo a los centros de salud que podrían darles una atención adecuada», dice.

Junto con la filósofa norteamericana Arleen Salles, Luna acaba de publicar Bioética: nuevas reflexiones sobre debates clásicos , editado por el Fondo de Cultura Económica. Como especialidad, la bioética tiene apenas treinta años. Pero los problemas de la Argentina son, lo sabemos, más antiguos. «Nuestro drama es que viene un nuevo poder político y cambia todo lo que hacía el anterior. Y así no hay desarrollo científico posible.»

-El sentido común indica que las prioridades en bioética en países como el nuestro, donde conviven el primer mundo con el tercero, deberían ser distintas que en los centrales. ¿Qué agenda sugiere para la Argentina?

-Antes que eso, lo que más me preocupa es que no exista una política de Estado constante y coherente hacia la investigación científica y, como efecto de esta falta, que la ciencia se haya ido privatizando, de algún modo. Porque, hoy por hoy, son las compañías farmacéuticas las que llevan adelante las investigaciones científicas, y, como es lógico, para las empresas lo prioritario son los beneficios económicos. Sin embargo, no debería ser ése el eje en un país.

-Pero el actual gobierno creó un Ministerio de Ciencia e Innovación Tecnológica. ¿No cambia eso las cosas?

-Bueno, si estamos creando un Ministerio de Ciencia, antes que nada es importante que se fijen políticas públicas, prioridades en salud, prioridades en la investigación, y que tengan continuidad. Porque hoy lo que vemos en salud pública, por ejemplo, es que las políticas hacia las mujeres que había comenzado el ministro Ginés González García están paralizadas, a pesar de que tenemos un gobierno de mujeres.

-¿Sugiere que la ministra Graciela Ocaña no se está ocupando de las mujeres?

-Lo que digo es que las cifras de la mortalidad materna en la Argentina son preocupantes. Estamos muy atrás de Chile y Uruguay. Según cifras del Ministerio de Salud, en 2005 y 2006 creció más de 19% la muerte de mujeres a raíz de complicaciones derivadas de embarazos, partos o abortos inseguros. La mortalidad materna es cuatro veces mayor que en Chile. Ni que hablar de las provincias pobres, como Jujuy, que triplican la media nacional. El aborto inseguro, realizado en villas miseria, con agujas de tejer, es la primera causa de mortalidad materna en nuestro país…

-Con una mujer en la presidencia, ¿por qué tardan tanto en llegar las soluciones?

-Ser mujer no significa ocuparse de los derechos de las mujeres: eso está claro. También me gustaría señalar que existe cierta hipocresía sobre algunos temas.

-¿Qué nos trae de nuevo la bioética?

-La visión del paciente. La bioética democratiza una relación paternalista entre médicos y pacientes. Ayuda a pasar de un médico que «sabe» a un médico que puede orientarme a elegir la mejor opción de tratamiento.

-Denos un ejemplo concreto de ética vinculada con la investigación científica.

-Sin duda, el consentimiento informado de pacientes que, en los hospitales, participan de proyectos de investigación sobre un medicamento nuevo.

-Pero ¿cómo saber que la gente que va a un hospital realmente está consintiendo que experimenten con ella?

-Esa es la tarea de los comités de ética en los hospitales. Comenzaron a funcionar en los años 90; antes no había. Una de las tareas de estos comités esanalizar los protocolos de investigación de los productos nuevos: cuando se ensaya una nueva droga para el cáncer, para la gripe, una vacuna. Lo que hay que evaluar es el riesgo de las personas involucradas. Que, en definitiva, sea un riesgo comparable con los beneficios que se puedan obtener.

Por Laura Di Marco
Para LA NACION


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