En la autonomía del paciente hay mucho por hacer

Aún queda mucho por hacer para favorecer la autonomía del paciente. Ante un déficit de competencia para decidir hay que ayudarles.
Covadonga Díaz. Oviedo 09/05/2008

La necesidad de favorecer la autonomía del paciente es un mensaje que en teoría va calando entre los clínicos, pero en la práctica aún queda mucho camino por recorrer.

«Para que el paciente ejerza esa autonomía en todas sus dimensiones es necesario valorar su competencia para decidir», según ha indicado el psiquiatra José García en una sesión monográfica sobre la evaluación de la competencia de los pacientes para la toma de decisiones organizada por el Servicio de Psiquiatría de Enlace del Hospital Universitario Central de Asturias, que él coordina. Lo que está claro es que constatar un déficit de competencia no basta: hay que trabajar para intentar conseguir su corrección. Ésta ha sido una de las conclusiones fundamentales de la jornada.

Capacidad y competencia
Begoña Menéndez, especialista en Medicina Intensiva del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y vocal de su comité de ética, ha destacado la necesidad esencial de distinguir entre capacidad, aspecto que debe ser valorado por la autoridad judicial, y competencia, cuya obligatoriedad de evaluación corresponde «en concreto, al médico encargado de cada paciente», que podrá en caso de duda solicitar asesoramiento de la unidad de psiquiatría de enlace, cuando el paciente rechace una pauta de tratamiento contrariamente al criterio del médico.

Todos los participantes han coincidido en señalar la importancia de evaluar las posibles causas de esa supuesta incompetencia del paciente para decidir e intentar solucionarlas. Para ello es clave analizar el contexto del rechazo, es decir, «si pueden estar influyendo factores como una situación de negación de la enfermedad, síntomas depresivos o miedos sobre los que es posible actuar», ha indicado Isabel Ruiz, del servicio de Psiquiatría del HUCA.

También es muy importante intervenir, promoviendo actuaciones que aumenten la competencia del paciente con el fin último de que «su decisión sea una expresión de su voluntad después de tener una información adecuada», según Juan Carriles, psicólogo clínico del HUCA. Incluso en el caso de los pacientes que presentan una patología mental esta situación no justifica «presuponer que no son competentes para decidir, porque esto estaría en la base del principio de no autonomía del paciente», ha señalado Isabel Ruiz.

Riesgos
Al valorar la competencia del paciente, el clínico se mueve entre dos riesgos: Por un lado, puede contravenir el derecho de autonomía, y por otro, incurrir en desamparo u omisión del deber de socorro «si por ejemplo, el paciente no es competente para decidir y se le da por bueno el consentimiento que otorga simplemente porque lo ha firmado», ha explicado José García, para quien es fundamental analizar los aspectos emocionales y afectivos de la decisión.

Juan Carriles se ha referido a algunas pautas útiles para mejorar el nivel de competencia, como son ofrecer la información troceada para que el destinatario pueda digerirla mejor, asegurarse de que está entendiendo lo que se le dice y comunicar los mensajes de forma pausada, tratando de mantener el contacto visual.

http://www.diariomedico.com/edicion/diario_medico/normativa/es/desarrollo/1121019.html


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