Voluntad y enfermedad

El doctor Payot advierte que de la palabra «autonomía», sólo nos hemos quedado con la «auto», o sea, «el yo». Y hemos desechado la «nomía», que es el «dominio del yo», el «dominio de uno mismo». Añade:«Esta debilidad de la voluntad es, en nuestros días, la causa de muchas enfermedades nerviosas…».
Otro especialista afirma: «Frente al vacío de contenido espiritual y de sentido trascendente de la vida… puede ser, más tarde, que sea la causa de angustia vital… De ahí que debe ofrecerse a la persona la posibilidad de vivir los valores auténticos y enseñarle los caminos que conducen a una voluntad firme».
El objetivo de una formación humana y espiritual es enseñar a la persona a dominarse; a luchar, a defenderse de las dificultades y presiones internas o externas… para saberlas vencer y superar.
Enseñarles para hacer frente a las contradicciones y adversidades diarias y hacernos más resistentes ante los dolores físicos, morales?
Quien pretenda debilitar las voluntades con teorías hedonistas, o con la ley del mínimo esfuerzo, o con «todo el mundo lo hace»… debilitará su vida espiritual, su personalidad, su sistema nervioso. Sin sacrificio… sin renuncia? no hay forja de la voluntad.

J. Mª. ALIMBAU

Fuente: La Razón


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